lunes, 27 de enero de 2014

Goethe y la música (V): Celebrando el cumpleaños de un genio

Hoy es el cumpleaños de Wolfgang Amadeus Mozart, nacido en Salzburgo el 27 de enero de 1756. Para recordarlo en el blog, le vamos a dedicar una de las entradas de la serie de Goethe y la música.

Goethe era sólo siete años mayor que Mozart. Aunque desde joven publicó obras significativas, valga el ejemplo de Las penas del joven Werther de 1774; las obras más importantes aparecerían después de 1791, fecha de la muerte de Wolfgang Amadeus Mozart. Esto redujo las posibilidades de que Mozart compusiera alguna obra importante sobre textos del genio alemán.

Monumento a Goethe en Viena
Lo que si es cierto es que Goethe admiró a Mozart, llegó a pensar alguna vez que hubiera sido el compositor ideal para una adaptación musical de Fausto. Conociendo el Don Giovanni que compuso el salzburgués, no podemos estar más de acuerdo.

Aún así, hay un Lied, Das Veilchen (La violeta), que es el único en el que Mozart utilizó un poema de Goethe. El poema de Goethe, perteneciente a su obra Erwin und Elmire se publicó en 1775. El tema es muy parecido al del muy célebre Heidenröslein (Rosita silvestre), al que puso música Schubert. Aquí, en vez de ser un niño, un poco gamberro, el que arranca la rosa, es una descuidada pastorcilla la que pisa la violeta al no verla en el prado. En ambos casos Goethe hace una alegoría del amor no correspondido.

Monumento a Mozart en Viena

Johann Wolfgang Goethe
Das Veilchen 

Ein Veilchen auf der Wiese stand,                               
Gebückt in sich und unbekannt;
Es war ein herzig's Veilchen.
Da kam ein junge Schäferin
Mit leichtem Schritt und muntrem Sinn
Daher, daher,                          
Die Wiese her, und sang.

Ach! denkt das Veilchen, wär ich nur
Die schönste Blume der Natur,
Ach, nur ein kleines Weilchen,
Bis mich das Liebchen abgepflückt
Und an dem Busen matt gedrückt!
Ach nur, ach nur
Ein Viertelstündchen lang!

Ach! aber ach! das Mädchen kam
Und nicht in Acht das Veilchen nahm,
Ertrat das arme Veilchen.
Es sank und starb und freut' sich noch:
Und sterb' ich denn, so sterb' ich doch
Durch sie, durch sie,
Zu ihren Füßen doch.

Das arme Veilchen!
Es war ein herzig's Veilchen.

Johann Wolfgang Goethe
La violeta 
 
Una violeta se hallaba en la pradera 
inclinada sobre sí e ignorada. 
¡Sólo era  una linda violeta! 
Llegó una joven pastora,
con paso ligero y espíritu alegre, 
por aquí, por allá,
por el prado, y cantaba. 

¡Ay!  Pensaba la violeta, si yo fuera 
la más bella flor de la naturaleza, 
¡Ay! No sólo una pequeña violeta, 
Hasta mi la enamorada vendría, me arrancaría 
y me abrazaría contra su pecho, 
¡aunque fuera solamente 
a lo largo de un cuartito de hora! 

¡Ay! Pero ¡ay! la muchacha llegó
y descuidada no reparó en la violeta,
pisó a la pobre  violeta. 
Se hundió y murió, aún contenta; 
Muero pues, así muero, 
Por ella, por ella, 
A sus pies.

¡La pobre violeta! 
Era sólo una linda violeta.
Con este texto Mozart iba a componer un Lied para voz y piano, titulado también Das Veilchen y que lleva el número 476 en el catálogo de Köchel. Esta obra fue compuesta en Viena el 8 de junio de 1785. Mozart compuso un Lied en el que rechazó la forma estrófica. Cada una de las tres estrofas posee una música diferenciada, atendiendo al texto del poeta y a los diversos sentimientos que expresa. Para muestra, en la segunda estrofa (1:01), la música se vuelve soñadora, cuando la violeta expresa sus anhelos, contrastando con la alegre música anterior con la pastorcilla dando saltos por la pradera. Para terminar la obra, Mozart añade dos versos propios a modo de coda de dos compases.

Nos sirven esta joyita la extraordinaria Elisabeth Grümmer, acompañada al piano por Hans Altmann en una grabación de 1960.






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